Cabezas, uno de los cinco socios de Solubag, empresa ganadora este año del premio a la mejor innovación en Latinoamérica que concede Singularity, la universidad de Google, participa hoy en Miami en la ProChile Innovative Summit, junto a representantes de otras 24 empresas chilenas.
La oferta es variada, lo que muestra que, además de minerales, vinos, frutas y salmones, productos por los que Chile es conocido en el mundo, hay otro segmento que va tomando cada vez más peso, como dijo el canciller chileno, Roberto Ampuero, en la inauguración.
En las demostraciones, las bolsas que se disuelven en agua compiten en atractivo con el instrumental quirúrgico de Levita Magnetics que, en las cirugías laparoscópicas, permite hacer menos incisiones en el cuerpo del paciente y reduce así el dolor y el tiempo de recuperación tras la operación.
El objetivo de Solubag es, más que ganar dinero, reducir la contaminación de los océanos, subraya a Efe Cabezas, quien al igual que sus socios es ingeniero y antes trabajaba en la mayor empresa fabricante de plástico de Chile.
«Primero ayudé a crear el problema y ahora lo estoy solucionando», dice con humor.
Una bolsa de supermercado hecha por Solubag desaparece en tres minutos si se sumerge en agua, mientras que la normal tarda 500 años, dice Cabezas, quien ha venido a Miami en busca de contratos y a levantar capital o participación en la empresa creada en 2014.
La materia prima con la que están hechas las bolsas, el polivinilo alcohol (PVA), es la misma de las cápsulas farmacéuticas, dice para resaltar que es «inocuo», es decir que no contamina el agua donde se disuelven las bolsas.
La mejor prueba es que Cabezas y sus socios, Roberto Astete, Alejandro Castro, Christian Olivares y Salvador Matte, gozan de buena salud a pesar de haberse tomado muchos vasos de agua en eventos como el que se celebra en Miami.
Otra de las ventajas del producto de Solubag es que tiene las mismas prestaciones que una bolsa normal -aguanta cinco kilos- y para fabricarlas se pueden usar las mismas máquinas que las utilizadas para hacer bolsas de plástico.
El coste de cada bolsa hidrosoluble es hoy tres veces mayor al de una bolsa de plástico, pero, según Cabezas, cuando su uso se generalice se podrá llegar a que sea el mismo.
La empresa tiene ya contratos en Chile, entre otros con la mayor cadena de centros comerciales del país, y está negociando en Panamá, México, países de Europa y Australia para ampliar su clientela.
Levita Magnetics está muy enfocada al mercado de Estados Unidos porque cuenta con la aprobación de la Food and Drug Administration (FDA) para cirugías de vesícula y bariátricas (obesidad), dice a Efe Alberto Rodríguez, cirujano y director ejecutivo de la empresa.
Un abdomen de plástico transparente permite ver como funciona el sistema de Levita Magnetics, que se compone de tres elementos: una pinza laparoscópica y robótica, un dispositivo de control interno y otro dotado de un imán que se coloca sobre la piel del paciente y permite mover los órganos a operar desde afuera.
Rodríguez señala que de esta manera el cirujano necesita hacer menos incisiones y, por tanto, la cirugía es menos invasiva. En el caso de una cirugía de vesícula puede quedar en solo una o dos incisiones en lugar de cuatro o cinco.
La empresa creada hace seis años se propone adaptar el sistema a operaciones de próstata, colon y ginecología.
En el mundo se realizan 50 millones de cirugías «mayores» al año, dice el CEO de Levita Magnetics para dar una idea del tamaño de mercado, y en Estados Unidos se realizan un millón de operaciones de vesícula y unas 200.000 bariátricas al año.
La posibilidad de que una persona tenga que someterse en su vida a una cirugía mayor es del 60 %, agrega.
Los estudios de costo-beneficio indican que si bien este instrumental magnético supone un costo adicional, a la larga es un ahorro, pues el paciente puede reincorporarse antes a la actividad, dice Rodríguez.