En diciembre de 2013, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos impuso restricciones a las importaciones chilenas de arándanos frescos debido a la detección de la plaga Lobesia botrana en huertos de las regiones de O’Higgins y del Maule, publica el diario chileno La Discusión.
La medida generó gran preocupación a nivel local, ya que la Autoridad Sanitaria norteamericana exigió la fumigación con bromuro de metilo del producto fresco en origen, incrementando los costes y complicando la logística. Tras varias negociaciones entre ambos países se logró flexibilizar la restricción, permitiendo la fumigación en destino, lo que significó evitar el deterioro prematuro del producto.
La buena noticia es que los controles realizadas por el SAG en distintas zonas de la Región del Bío Bío no han detectado la presencia de la plaga en estados inmaduros, por lo que esperan que Estados Unidos pongafin a la fumigación de arándanos procedente de estas zonas.
De esta forma los productores se podrán ver favorecidos y reducirán complejidad logística y costes, mientras que para los ecológicos significará la reapertura del mercado norteamericano, ya que hasta la fecha la fumigación les impedía certificar su producción.
