"Hace unos años las campañas tenían una duración de un mes y nuestro objetivo es llegar en la próxima a los cinco", ha asegurado antes de explicar que la producción de la comarca de La Ribera del Júcar ha sido en 2015 de entre 130.000 y 140.000 toneladas.
"A principios de octubre se calculaba un crecimiento en torno al 10 por ciento en cuanto a producción, pero las condiciones meteorológicas han reducido la cifra final y nos moveremos en volúmenes similares a los de 2014", ha explicado.
"En cualquier caso -ha añadido- hablamos de volúmenes muy relevantes si tenemos en cuenta que hace 20 años las producciones de kaki oscilaban entre 400 y 1.000 toneladas" anuales.
Arnandis confirma que ha existido "un incremento de la demanda de kaki gracias a las campañas de promoción nacionales e internacionales que se han realizado desde la DO", y en las que calcula que "los productores han invertido 17 millones de euros en los últimos años".
El presidente de la organización agraria Asaja en la Comunidad Valenciana, Cristóbal Aguado, no descarta que en la próxima campaña, la de 2016, la producción española -que se extiende también a las provincias de Málaga, Granada, Huelva y Murcia- se sitúe entre 280.000 y 300.000 toneladas, frente a las 220.000 toneladas de 2015.
"Esta campaña ha sido viable, con precios un 10 por ciento más bajos pero por encima de coste, lo que hace que el cultivo sea atractivo", según Aguado, quien prevé que el mayor volumen en 2016 obedecerá más a que las plantas ya no serán tan jóvenes que a una ampliación del número de hectáreas dedicadas a este fruto como sí ocurrió en 2015.
Aguado ha hecho referencia a la última Encuesta sobre Superficies y Rendimientos Cultivos (Esyrce) del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) en la que adjudica para el pasado año una superficie de kaki de 16.485 hectáreas, un 23,3 por ciento más que en 2014 (13.370 hectáreas).
Ante el previsible aumento de producción, el presidente de AVA-Asaja recomienda buscar "mercados alternativos" tras la pérdida del ruso, que para el negocio español del kaki ha supuesto "una pérdida de 15 millones de euros y ninguna compensación a los productores por parte de la Unión Europea".
El responsable de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora, ha asociado el empuje del sector del kaki, "al principio un cultivo anecdótico por su delicado manejo después de cosecharlo", a la introducción de la variedad persimón.
"Si se levanta el veto ruso esta fruta puede tener mucho recorrido fuera de la Unión Europea", ha apuntado Góngora antes de recordar su buena acogida en este país antes de que prohibiera la entrada de productos agroalimentarios de la Unión Europea.
El balance del secretario general de UPA en la Comunidad Valenciana, Rafael Cervera, para esta campaña también es bueno: "ya sólo quedan en cámara y está saliendo todo el kaki con buenas calidades y precios competitivos".