Agromediterránea ha comenzado a extrapolar a sus cultivos nuevas técnicas para mejorar la eficiencia de la fertirrigación como el ensayo con inhibidores de nitrificación y la instalación sondas de humedad.
Estas mejoras son el resultado de dos años de investigación realizados en un espacio experimental que ahora permiten a la compañía llevar esta tecnología a la primera de sus fincas.
Estos ensayos se han realizado con brócoli para comprobar su viabilidad en una producción real antes de hacerlo extensivo al resto.
Las pruebas se han realizado dentro del grupo operativo del proyecto Nutrición Vegetal Sostenible (NUVES) que coordina Proexport y en el que participa la Universidad Politécnica de Cartagena.
La incorporación de inhibidores de nitrificación permite reducir las pérdidas de nitrógeno, tanto por percolación profunda o por arrastre superficial, como por emisiones a la atmósfera.
Tanto los inhibidores como los sensores en el subsuelo son medidas complementarias.
Por un lado, determinan la cantidad exacta de recursos necesarios permite que tanto el agua como los nutrientes se absorban rápidamente; por otro, los inhibidores contribuyen a que la pequeña parte que no lo haga no se transforme en nitrato.
“Somos agricultores del siglo XXI, innovamos desde la misma semilla hasta que los vegetales llegan al consumidor con la sostenibilidad como prioridad. Cuidamos la tierra, protegemos el entorno, utilizamos solo los recursos imprescindibles y cultivamos vegetales frescos apreciados en toda Europa”, ha explicado Jesús Gómez, director general de Agromediterránea.