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Científicos buscan en los genes las claves del sabor de las fresas y tomates

El estudio genético de las plantas es esencial porque son los genes los responsables del sabor y de otras características sensoriales de las frutas y las hortalizas, según se puso de manifiesto durante la XIV Reunión de Biología Molecular de Plantas que hoy se clausura en Salamanca.

El encuentro, según informaron ayer fuentes de la organización en un comunicado, está mostrando novedades científicas sobre asuntos del máximo interés para agricultores, comerciantes y consumidores, como es el sabor de los alimentos.

El estudio genético de las plantas es esencial en el sabor y en otras características sensoriales de las frutas y las hortalizas, aunque las condiciones ambientales y cómo responden a ellas los organismos vegetales también son determinantes.

En este sentido, el investigador del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (IHSM, en Málaga) David Posé Padilla explicó que el interés de su grupo está centrado en el proceso de maduración de las fresas porque en su desarrollo la fruta «adquiere las condiciones organolépticas idóneas» como el sabor.

En concreto, su objetivo es identificar genes específicos de la calidad del fruto, no sólo el sabor, sino también el aroma, la dureza y «la vida posterior a la recolección, que en la fresa es bastante corta».

Con una idea similar trabaja el científico del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP, centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Valencia) Antonio Granell, aunque en este caso centrado en los tomates.

De hecho es autor de un estudio químico y genético que explica los pasos necesarios para recuperar el sabor típico del tomate, que ha desaparecido en la mayoría de las variedades comerciales.

Sin embargo, los genes no lo condicionan todo de antemano, dado que los organismos vegetales son muy sensibles a lo que sucede a su alrededor y, en función de ello, regulan la expresión de los genes.

Las condiciones ambientales «son las que realmente determinan el comportamiento de la planta, sus patrones de desarrollo y de crecimiento», sostuvo el científico Miguel Ángel Blázquez, también del IBMCP.

«En nuestro laboratorio estamos interesados en ver cómo se integran distintas señales, como la temperatura y la luz, y qué participación tienen las hormonas para regular la expresión de los genes óptima en cada momento de su vida», explicó.

La XIV Reunión de Biología Molecular de Plantas, que mañana se clausura en la Universidad de Salamanca (USAL) tras tres jornadas de trabajo, está enmarcada en los actos del VIII Centenario del Estudio salmantino.

Está organizada por el Instituto Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (CIALE) de la institución académica y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA, centro propio del CSIC).