Blanco explicó que después de que este año la floración haya llegado con mucho retraso debido a las abundantes lluvias, los productores «están sufriendo una verdadera ruina» a la hora de poner las cerezas en el mercado debido a la gran producción que existe.
Así, denunció que este hecho ha provocado que los precios «estén por los suelos».
En este sentido, indicó que los agricultores están recibiendo de media 30 céntimos por kilo mientras que los consumidores están llegando a pagar en algunos casos entre 15 y 18 euros.
«Con estas cantidades es imposible subsistir debido a los costes de producción y los gastos en general que conlleva este negocio», señaló García Blanco.
El presidente de Asaja Extremadura solicitó de forma urgente y con carácter excepcional, «debido a la saturación del mercado, la retirada de buena parte de la producción o bien que se arbitren por la Administración, tanto a nivel regional como nacional, medidas de retirada excepcional».
García Blanco recordó que esta medida «está contemplada precisamente para este tipo de circunstancias» en los Planes Operativos de las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH).
Asaja Extremadura pidió además a la Junta de Extremadura y al Ministerio de Agricultura que vigilen los «abusos que se están cometiendo al amparo de la libre competencia y tomen medidas contundentes al respecto».
«Se está ahogando primero al sector, pero también a los consumidores debido a los precios desorbitados que están pagando por las cerezas de origen extremeño, en algunos casos hasta diez veces superior», aseveró García Blanco.
En este sentido, subrayó que la cereza es la principal fuente económica de desarrollo de numerosas familias en la zona del Valle del Jerte y un «importante» reclamo turístico que provoca numerosos ingresos para este sector.