Garrocho ha señalado que la campaña recién terminada se le ha hecho al sector "larga y muy cuesta arriba" y ello debido, fundamentalmente, a que "empezó demasiado pronto" y que durante su desarrollo "ha habido mucho baches y paradas que se han traducido en que muchas semanas se ha estado cambiando el dinero".
"Si hubiera sido una campaña lineal con mantenimiento de precios, igual estaríamos hablando de la mejor campaña de la historia, pero ha habido esos baches; sin embargo la constancia de las empresas ha posibilitado que sea muy parecida a la de 2012, que fue una campaña buena".
El presidente de Freshuelva ha indicado que el sector se enfrenta "al problema de las puntas de producción que se dan en días determinados, coincidiendo con la luna llena de los meses de marzo, abril y mayo, en los que haría falta el doble de mano de obra".
Algo, ha explicado, "a lo que es imposible dar respuesta y que nos obliga a recoger la fruta tarde con el consiguiente deterioro que ello conlleva"; ante esto ha abogado por "ser inteligentes y porque las empresas no vendan por debajo de los costes de producción, hay que exportar fruta de calidad y en la cantidad precisa".
Desde Freshuelva se ha señalado que la bonanza de la climatología es lo que ha permitido que esta campaña se haya desarrollado como lo ha hecho: "La evolución de los precios, pese a ser tan larga, no ha sido mala, y el mes de mayo ha estado bastante bien ya que el tiempo ha estado fresco lo que le ha dado consistencia a la fruta y aumentado su calidad".
