Posteriormente se ha procedido a su refrigeración, envasadas en bolsas de polietileno y conservadas a una temperatura media de 19 grados centígrados. Tras un análisis de la coloración de las hojas, se ha determinado que el tratamiento a alta temperatura durante un lapso corto de tiempo prolonga el color en las hojas respecto a las hortalizas no tratadas con este método.
Sin embargo, los resultados no son tan positivos cuando la hortaliza es tratada durante un periodo de más tiempo en agua a alta temperatura. Este tratamiento se ha realizado en rúcula. Tras cuatro días a temperatura ambiente, la rúcula tratada a la temperatura más alta presentaba más hojas sanas que las sometidas a una graduación inferior, publica Italiafruit News.