En una charla sobre el impacto de ese tipo de tecnologías en el sector primario celebrada en la sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma, el especialista español destacó que ese proceso "ecológico y de bajo coste" ha permitido reducir el uso de insecticidas por aire y las pérdidas de cosechas, entre otros resultados.
Con las inspecciones en el puerto de origen también ha disminuido el número de cargueros a los que se ha negado la entrada en algunos países como Estados Unidos, temerosos de la llegada de ese insecto invasor, afirmó Dalmau, responsable del Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat Valenciana.
La técnica consiste en esterilizar a los machos de esa especie, que son liberados de forma controlada sobre las zonas afectadas para que, al aparearse con las hembras silvestres, no den como resultado huevos viables.
Las autoridades cuentan con el apoyo de un programa conjunto de la FAO y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), con el que se entrena a los técnicos y se controlan esas prácticas.
España es el mayor productor de cítricos de la Unión Europea (UE) y quinto en el mundo, con una producción anual superior a cinco millones de toneladas durante la última década, de las que casi un 60 por ciento proceden de Valencia, según datos recogidos por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias. Las mosca de la fruta del Mediterráneo o "ceratitis capitata" es una importante plaga que causa daños económicos no solo sobre la producción de cítricos, sino también en la fruta de verano.