Por primera vez desde que se utiliza esta marca de calidad diferenciada -inscrita en el año 2000 y reconocida por la Unión Europea en 2008- se han autorizado 7,6 millones de etiquetas identificativas numeradas y se han comercializado 1.700 toneladas de ajo certificado amparado por la IGP, según ha informado la asociación IGP Ajo Morado de Las Pedroñeras.
En concreto, se ha pasado de autorizar la emisión de 900.000 etiquetas en 2013 a 7,6 millones en 2014, lo que representa un incremento del 850 por ciento.
El precio medio de venta del ajo comercializado se ha situado en los 2,80 euros el kilogramo, una cifra "muy por encima" del ajo sin indicación geográfica, lo que viene a corroborar que el producto amparado bajo la IGP supone un valor añadido, además de una garantía de calidad y origen.
La presidenta de la IGP Ajo Morado de Las Pedroñeras, Dolores Suárez, ha valorado estas cifras como "muy positivas" y ha dicho que es el camino a seguir para ganar cuota de mercado y colocar este producto "en el lugar que le corresponde".