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FAO advierte de que el modelo de producción agrícola no es sostenible

Los modelos actuales de producción agrícola intensiva no son sostenibles, ya que están explotando hasta el límite los recursos de tierra y agua, y no logran satisfacer las demandas de la población, advirtió hoy la ONU para la FAO.

Este desgaste provocado por el consumo humano se está viendo agravado por el cambio climático, que altera las temperaturas y las precipitaciones, creando en consecuencia cambios en el suelo y en los cultivos, según un informe publicado este jueves por la agencia de la ONU con sede en Roma.

El documento, titulado «El estado de los recursos de tierras y aguas del mundo para la alimentación y la agricultura», apunta que la agricultura representa el 72 % de las extracciones de aguas superficiales y subterráneas para fines de riego, unas fuentes que se han visto gravemente menguadas por su uso y por el cambio climático.

Otra de las causas de la reducción de los recursos hídricos por cápita es el aumento de la población global, una realidad que se refleja en el aumento hasta el 7 % de las personas que viven en zonas con una escasez crítica de agua.

Debido a este crecimiento de la población, la agricultura tendrá que producir más para poder satisfacer su demanda, en concreto un 50 % más de comida, pienso y biocombusitible para el 2050, se explica en el informe.

A pesar de esta creciente demanda, “las opciones de expandir las áreas de cultivo son limitadas”, los recursos de agua se están agotando y el aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático está modificando la producción de ciertos cultivos dependiendo de la zona.

Por otro lado, la organización alertó de la polarización en los sistemas de cultivo, que cada vez están más monopolizados por un grupo pequeño de grandes explotaciones comerciales.

Las regiones de América Latina y el Caribe, la zona de Asia meridional y el África subsahariana sufren las mayores disparidades en la capacidad de riego entre las pequeñas explotaciones y las de gran tamaño, que dominan este recurso.

Asimismo, unos 1.200 millones de personas, en su mayoría poblaciones rurales pobres, viven en zonas con grave escasez de agua, agotamiento freático y propensas a sufrir sequías, lo que dificulta la agricultura, fuente de subsistencia para muchas familias y pone en riesgo su seguridad alimentaria.

Por este motivo, la organización apuntó a la necesidad de un acceso equitativo a las tierras y recursos hídricos entre las distintas explotaciones para reducir la pobreza rural.

La FAO indicó que se deben crear nuevas gobernanzas que protejan la integridad ambiental de los sistemas de tierra y agua, para poder mitigar el problema de la escasez de recursos.

Entre otras medidas destacó una nueva ordenación de los sistemas y la creación de planes de gestión de riesgo ante las sequías o inundaciones.