El gusto por lo saludable y el cuidado por la alimentación están cada vez más extendidos y los productos orientales casan muy bien con ese estilo de vida sana, por no hablar del triunfo generalizado de la cocina asiática.
Mientras, en República Dominicana, donde buena parte de la población está infra-alimentada, los vegetales orientales que se producen y no se venden fuera, entre el 20 y el 30 por ciento de la producción, jamás tocarán un plato; se desechan por no cumplir con los férreos estándares para su exportación y, aunque son perfectamente aptos para el consumo, nadie los quiere.
A principios de los años 80 comenzó el cultivo de vegetales orientales en la localidad La Vega, donde hay unos 1.000 pequeños agricultores que siembran estas verduras, más otros 500 repartidos entre las regiones de Santiago, Bonao y Ocoa.
Para el año 89, el país estaba exportando estos productos y compitiendo con los productores asiáticos y, actualmente, su venta al mercado exterior genera ingresos por valor de unos 80 millones de dólares anuales, siendo Estados Unidos y la Unión Europea (Inglaterra, Francia y Alemania) sus principales mercados.
Sin embargo, después de todo este tiempo, "no hay un solo dominicano que los conozca, aparte de aquellos que se dedican a su cultivo y manejo", con la excepción de las berenjenas chinas (no las thai ni las hindúes), que tienen unas ventas discretas, afirma el subdirector del Programa Exportando con Calidad e Inocuidad (PECI), Teófilo Suriel, en una entrevista con Efe.
La primera experiencia realizada en el país para introducir y comercializar los vegetales orientales en establecimientos se hizo de la mano de "Super Fresh Market", prácticamente el único supermercado que vende estos vegetales en República Dominicana.
La sorpresa para el PECI se produjo al descubrir que el establecimiento importa estos productos desde Miami (Estados Unidos), porque los responsables desconocían que se producen en La Vega.
Al encuentro acudieron cocineros y expertos en nutrición para abordar las posibilidades que aportan estos alimentos, incluso se elaboró un folleto con sus características en el que también se incluyen cuatro recetas.
Los grandes ausentes a la cita fueron los productores: ninguno de los invitados a la actividad apareció, no parecen interesados en hacerse con un mercado local, señaló Suriel.
Se trata de pequeños agricultores que cultivan terrenos de entre media y una hectárea.
Y no solo por los ingresos que les podrían proporcionar, es que toda esa materia vegetal acaba descomponiéndose cerca de los cultivos y eso termina por generar plagas. "Los más listos hacen compost" que les sirve de abono, pero la mayoría tiran el excedente en barracones, apunta el responsable del PECI.
El siguiente paso para tratar de comercializar vegetales orientales será contactar con las principales empresas hoteleras y con restaurantes.
Lo que Suriel ve claro es que lo primero será involucrar a los cocineros del país para que empiecen a preparar recetas con los vegetales orientales. Ya sean chef de restaurantes de lujo o trabajadores de escuelas o Comedores Económicos, lo importante es no seguir tratando como basura este tesoro gastronómico y nutritivo.