"Hasta ahora se ha hecho a ojo, y es más barato un vuelo por la zona que echar una dosis extra de nitrato, por ejemplo", ha sostenido García.
La información que recaban los drones se analiza estadísticamente para generar patrones de mismos estados, similitudes del terreno y detección de patologías o anomalías, entre otros.
Con los datos obtenidos, un experto redacta las recomendaciones que se trasladan al productor, que atañen a aspectos como el riego, la poda o la dosis de abono que precisa un campo según sus características.
García ha detallado que el siguiente paso será que la información que se genere a partir de los drones se traduzca en órdenes directas al sistema de riego o a los aspersores.
Por el momento, este sistema de "agricultura de precisión" con drones se está aplicando en cultivos de Lleida, Extremadura, Burgos y Murcia.
Hemav nació hace tres años de la mano de antiguos estudiantes de la UPC, y también ofrece servicios con drones para facilitar inspecciones industriales y para generar mapas topográficos de solares edificables.
Esta joven empresa está certificada y homologada por AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea) como operadora de drones, y posee una cobertura geográfica "estratégica" para dar servicio a toda la península, con sedes en Madrid y Barcelona, ubicados en la incubadora de la ESA, European Space Agency.