El funcionario expresó que el sector agrícola es uno de los más vulnerables a los efectos del cambio climático y es a su vez fundamental para lograr la erradicación del hambre en el mundo, que es uno de los objetivos de desarrollo sostenible.
Aguerre destacó que las metas de la comunidad científica con respecto al incremento de gases de efecto invernadero en la atmósfera y el cambio de temperatura, para que no haya cambios irreversibles, no se van a poder conseguir y por lo tanto este es un problema de escala global e intergeneracional.
"En definitiva es un problema que tiene que ver con la sostenibilidad y la posibilidad de mantener un ambiente o un planeta similar al que hemos conocido los que integramos esta generación", añadió.
Por otra parte, Aguerre manifestó que la agricultura explica únicamente un 14 % de las causas de emisiones de gases de efecto invernadero, aunque en Uruguay representan un 80 % provenientes de la alta actividad agropecuaria que tiene el país.
"Somos tres millones pero producimos alimentos para 28 millones y tenemos un nivel de emisión proveniente de una actividad agropecuaria que tiene 12 millones de vacas", subrayó.
En tanto, Aguerre contó que la delegación uruguaya lideró junto a otros países de economías agrícolas una posición que considera que el objetivo de la seguridad alimentaria no se va a conseguir sin el aumento de la producción a partir de incrementar la eficiencia productiva y reducir la intensidad de emisiones por unidad.
"Esto puede transformarse en una barrera comercial, creo que todo el mundo está preocupado de la posibilidades de ingresar en una etapa de un nuevo proteccionismo agrícola, hay que tener los argumentos científicos y la capacidad de negociación para que eso no ocurra", afirmó Aguerre.
En ese sentido, el ministro consideró que Uruguay por ser un país que protegió por ley su bosque nativo y forestó un millón de hectáreas, muestra una imagen de manejo sostenible y eficiente de sus pastizales naturales que lo diferencian del resto.
"Creo que se logra mantener en el foco la importancia estratégica de tener una agricultura adaptada al cambio climático con una excelente oportunidad de generación de cobeneficios que permiten indirectamente tener un efecto de mitigación", expresó Aguerre.
"Además de ser una responsabilidad ética, es también una oportunidad de diferenciar nuestra producción", agregó.
La Cumbre de Marrakech se realizó el 17 de noviembre de 2016 en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP22).