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Latinoamérica

Urabá concentra el 65 % de la exportación de banana de Colombia

La inversión en infraestructuras logísticas ha convertido a esta región en un nodo clave del comercio agrícola internacional, donde 'florecen' empresas como Banacol.

El Urabá antioqueño se ha consolidado como el principal epicentro de la producción bananera en Colombia, concentrando actualmente el 65 % de las exportaciones hacia mercados de Europa, Estados Unidos y Asia, según la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura).

Más allá de su relevancia económica, esta región se ha convertido en un ejemplo de cómo la articulación entre el sector privado, las comunidades locales y las instituciones puede impulsar procesos de desarrollo regional sostenido e inclusivo.

Su proximidad al mar Caribe y la mejora en infraestructuras logísticas han convertido a esta zona en un nodo clave del comercio agrícola internacional. Pero lo más relevante no es la distancia que recorre la fruta, sino cómo se cultiva.

Producción responsable

En la región, empresas como Banacol han transformado su forma de cultivar, integrando acciones concretas para mitigar el cambio climático, conservar el agua y gestionar responsablemente los residuos. Esta visión de largo plazo busca equilibrar productividad con sostenibilidad, incorporando criterios técnicos y ambientales en cada etapa del cultivo.

Estas acciones han permitido a Banacol reducir y compensar sus emisiones, obteniendo la certificación de Carbono Neutro otorgada por el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación (ICONTEC) desde 2022, y manteniéndola vigente hasta hoy.

Entre las acciones destacadas, se incluyen 182,15 hectáreas destinadas a la conservación de ecosistemas y la siembra de 22,234 árboles nativos en los últimos tres años, reafirmando así su compromiso con la protección del entorno natural.

Estas prácticas permiten mantener sistemas agrícolas más estables, capaces de preservar la calidad del entorno sin comprometer el rendimiento.

Gracias a esto, el banano conserva mejor sus propiedades y aporta nutrientes clave para una alimentación balanceada. Su cultivo responsable no solo cuida la tierra, también mejora la calidad de la fruta que llega a la mesa: un alimento natural, versátil y alineado con una forma más consciente de alimentarse.