Esta práctica, además de ser un fraude al consumidor, perjudica al conjunto del sector extremeño, según ha advertido en un comunicado. «Nosotros trabajamos con unos parámetros de calidad que no se corresponden con las producciones de otros países. No podemos dejar que engañen al consumidor de esta manera», ha señalado el secretario general de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huertas.
Huertas sospecha en que detrás de esta práctica pueden estar las grandes empresas que buscan «bajar los precios a los agricultores» con la amenaza de comprar el producto a terceros países que venden «mucho más barato».
Desde UPA-UCE muestran su preocupación ante este tipo de prácticas cada vez más habituales que pretenden hundir los precios en origen. «No vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras destruyen un sector tan relevante para Extremadura como es el de la ciruela«, ha insistido Huertas.
UPA-UCE defiende la necesidad de una ley sobre el etiquetado de los productos que prohíba estas malas prácticas. «Hay que endurecer las sanciones para aportar más transparencia al etiquetado de nuestros productos, ya que es algo que beneficia tanto al productor como al consumidor», ha manifestado Huertas.