Durante el balance del sector agrario y ganadero, el responsable de la Unión de Pequeños Agricultores ha señalado que las acusaciones a productores españoles de ocasionar una epidemia provocaron una crisis «sin precedentes».
Todo ello supuso la suspensión de pedidos y ruptura de las relaciones comerciales con Alemania, afectando a otros países, y que las exportaciones cayeran en torno al 50 por ciento.
Se produjo un hundimiento generalizado de los precios de frutas y hortalizas, ya que la crisis no solo afectó al pepino sino que se extendió a todos los cultivos en aquel momento en producción, y se registró la ocupación de los mercados por productos de otros países.
En cuanto las indemnizaciones recibidas por los afectados, desde UPA se ha denunciado que eran «insuficientes», que no compensaban el 100 por cien de las pérdidas y que se deberían haber hecho extensibles a todos los cultivos que sufrieron la caída de precios.





















