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Una agricultura más ecológica se convierte en el primer escollo de la negociación de la PAC

Las propuestas de Bruselas para impulsar una agricultura más ecológica se convirtieron hoy en el elemento más criticado por los países de la Unión Europea (UE), durante el primer debate de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC).

De la reforma propuesta por la Comisión, el punto que más rechazo suscitó entre los Estados miembros fue la idea de conceder un 30 % de las ayudas directas a los productores que hagan esfuerzos medioambientales.

La CE quiere premiar tres tipos de prácticas: la rotación de los cultivos, el pastoreo permanente y el barbecho obligatorio para un 7 % de la superficie.

Según el comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, se trata de prácticas «habituales» para el sector, que se pueden aplicar por igual en cualquier punto de la UE.

Aunque todos los países apoyaron la idea de impulsar una agricultura más sostenible, la gran mayoría criticó las tres prácticas propuestas para lograrlo y consideró excesivo el condicionar un 30 % de las ayudas directas al objetivo «ecológico».

La ministra española de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, pidió que esas medidas no dañen la competitividad, e instó a Bruselas a tomar en consideración los esfuerzos de carácter medioambiental que ya llevan a cabo los agricultores y ganaderos.

Francia, Alemania, Italia, Grecia, Finlandia y otros muchos Estados pidieron más flexibilidad para lograr los objetivos «verdes».

Otra de las ideas criticadas durante el debate fue la crear un nuevo modelo de reparto de las ayudas, que pretende eliminar los criterios históricos y pasar a una «tasa plana» por hectárea.

Los derechos históricos calculan las subvenciones a partir de la producción media entre 2000 y 2002 y se usan sobre todo en España, Italia, Irlanda, Finlandia, mientras que Alemania, Reino Unido y otros países aplican un modelo mixto que incluye los pagos por hectárea.

Aguilar reconoció la necesidad de eliminar los derechos históricos en ciertos supuestos, como cuando benefician a productores que ya no están activos, e insistió en que lo no es aceptable es una «tasa plana» que no tenga en cuenta las diferencias entre los cultivos de secano, de regadío o los intensivos.

El titular italiano, Francesco Romano, pidió una «reforma radical» de las propuestas sobre pagos directos y alertó de que su país rechazará un sistema que no tenga en cuenta «la producción ni el trabajo.

La mayoría de los países de la Unión Europea denunció, por otra parte, la rigidez y complejidad de las propuestas y pidió más flexibilidad en los objetivos fijados.

El comisario Ciolos aseguró al término de la reunión no estar sorprendido por las críticas de los ministros, habituales en la fase inicial de negociación de una propuesta como la que se trata.