El acto de apertura, presidido por el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha contado con la presencia de la consejera de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León, Pilar del Olmo, y del subdelegado del Gobierno, Luis Antonio Gómez Iglesias.
La remodelada instalación, un histórico edificio del siglo 19, aspira a convertirse en uno de los atractivos del centro de la ciudad con visión cultural y social, facilitar el comercio de proximidad y dinamizar la economía del entorno, según han coincidido en apuntar tanto el alcalde como la consejera de Economía y Hacienda.
La intervención arquitectónica, después de 23 meses de obras, ha creado un espacio con más luz que el anterior, gracias a la sustitución de los muros de ladrillos por amplias cristaleras, y dotado con una mayor eficiencia energética.
"Se ha abierto un espacio de vanguardia", ha sostenido el alcalde de Valladolid, quien ha recordado que el antiguo edificio se levantó entre 1878 y 1882 y fue sometido a sendas remodelaciones en 1900 y 1982, además de la actual que fue promovida siendo alcalde Javier León de la Riva.
La consejera de Economía y Hacienda ha puesto la remodelación como un ejemplo de innovación que ha creado un espacio capaz de promover el comercio de proximidad desde el respeto a la tradición y de convertirse en pleno centro de la ciudad en un nuevo atractivo.
El subdelegado del Gobierno ha insistido en que el remodelado mercado debe dar vida al centro histórico de la ciudad como centro comercial pero también de ocio y ha propuesto a los comerciantes que ofrezcan unos servicios modernos, incluidos los de restauración, pero sin perder los valores tradicionales.
El nuevo Mercado del Val se organiza en 44 puestos, además de espacios comunes para restauración, aunque no están ocupados en su totalidad, con una superficie de 2.000 metros cuadrados, y una planta sótano en la que se ubica un supermercado de 810 metros cuadrados.
Con respeto al edifico antiguo, la nueva instalación puede reducir en un 75 por ciento el consumo de energía con un ahorro medio anual de 700 kilovatios/hora por metro cuadrado, además de incrementar el uso de energías renovables en un 50 por ciento.
Gracias al sistema de geotermia, novedoso en un mercado español, vierte en verano el calor del edificio al terreno y en invierno atrapa esa energía para trasladarla al interior, y aprovecha el calor generado por las máquinas refrigeradoras de los puestos para utilizarse como sistema de calefacción.
Además está dotado con un sistema de ventilación natural e incluye una mejora de los sistemas de iluminación y los revestimientos.