El descubrimiento de esta nueva técnica de ingeniería metabólica, desarrollado por el Instituto de Biología Molecular, un centro mixto entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Politécnica, podría evitar enfermedades digestivas y evitar el efecto invernadero.
Esta nueva técnica activa la producción de proantocianidinas, unos antioxidantes con importantes efectos para la salud de humanos y animales, que posibilitan la fabricación de «alimentos con propiedades farmacéuticas».
Otro investigador del CSIC, Luis Cañas, ha indicado que la principal novedad «es que en lugar de emplear las técnicas tradicionales de transferencia de genes, hemos desarrollado una herramienta multigénica que permite transferir simultáneamente a la planta varias unidades genéticas».




















