El estudio, coordinado por la doctora del IRTA María Teresa Martínez-Ferrer, permitirá evaluar de forma precisa la abundancia de las diferentes especies de hormigas en los campos, informa el departamento de Agricultura catalán.
Según el estudio, las hormigas juegan un importante papel beneficioso en los agrosistemas como transportadoras, depredadoras de artrópodos y mejoradoras de la estructura del suelo, entre otros.
Sin embargo, en el cultivo de los cítricos las hormigas se encuentran entre los artrópodos más abundantes y son consideradas una plaga secundaria.
En este sentido, las hormigas se alimentan de las melazas que excretan ciertas plagas y las defienden de sus enemigos naturales, interfiriendo así en su control biológico y, por tanto, colaborando a incrementar sus poblaciones.
Por tanto, en la lucha contra las plagas en los cítricos la gestión sostenible de las poblaciones de hormigas es esencial para desarrollar estrategias para la protección del cultivo de cítricos de bajo impacto ambiental.
Durante dos años, se han realizado 112 muestreos en 26 fincas en que se cultivaban diversas variedades de naranja y mandarina del norte de Castellón y de las Tierras del Ebro.
En ellas se identificaron más de 20 especies diferentes de hormigas en el suelo, de las que sólo ocho subían a la copa de los árboles a atender las plagas que allí se sitúan, por lo que el control de las hormigas se dirigió únicamente a estas últimas.
Las dos especies de hormigas más abundantes y frecuentes en los árboles fueron Lasius grandis y Pheidole pallidula y, después de estudiar la localización de los hormigueros en las parcelas, el estudio comprobó que la gran mayoría de los nidos de estas dos especies se encontraban debajo de la copa de los árboles y, sobre todo, en una de ellas, Lasius grandis, junto a la base del tronco.
Por otra parte, se observó en el estudio que la gestión de la cubierta vegetal y la variedad de cítrico apenas influyeron en sus pautas de distribución.
Si bien se encontraron hormigas en todos los órganos del árbol investigados (hojas, ramas, frutos, brotes y tronco), en el estudio se pudo comprobar que era el tronco de los árboles el lugar idóneo para estimar su abundancia en huertos de cítricos, ya que es el lugar del árbol donde sus poblaciones son más abundantes y estables en el tiempo, y además representa el lugar por el que acceden a la copa, donde se encuentran las plagas a las que atienden y de las que se benefician.
En los Programas de Manejo Integral de Plagas, los tratamientos se realizan únicamente cuando se superan los umbrales económicos de tratamiento, es decir, cuando la densidad a la que llega la plaga ocasiona daños superiores al coste del tratamiento.
Un paso previo al establecimiento de estos umbrales de tratamiento es cuantificar de manera fiable, mediante métodos de muestreo, las poblaciones de hormigas presentes en los cítricos para, posteriormente, poder relacionarlas con la interferencia que ejercen en el control biológico de las plagas antes mencionado.
Este trabajo, por ello, ha podido establecer métodos de muestreo generales para determinar con precisión las poblaciones de las dos especies más abundantes y frecuentes, Lasius grandis y Pheidole pallidula, contribuyendo así a la toma de decisiones en la gestión integrada de plagas dentro de una citricultura sostenible.