El texto promueve también una mayor cooperación y un sistema de resolución de disputas sobre el comercio de estos productos. El acuerdo es el primero que reconoce una armonización bilateral entre la UE y un país latinoamericano en materia de productos orgánicos.
Hasta ahora, el bloque comunitario optaba por acuerdos administrativos con un reconocimiento unilateral de las reglas y sistemas de control de estos terceros países. La UE es importadora neta de productos alimentarios desde Chile, si bien el Ejecutivo Comunitario espera que el acuerdo impulse mayores oportunidades para las exportaciones europeas en ese país.
El sector orgánico ha crecido de manera constante en la UE en la última década, a un ritmo de un 5,5 por ciento anual de media, mientras que casi un 6 por ciento del terreno disponible usado en agricultura en los Veintiocho se dedica a la agricultura orgánica.