Internacional

UE participa en proyecto que convierte residuos agrícolas en pienso

Seis países de la Unión Europea (UE), entre ellos España, participan en un proyecto que permitirá convertir los residuos agrícolas en pienso, informó la Comisión Europea (CE) en el Día Mundial de la Alimentación.

Los residuos agrícolas suponen un freno para los agricultores y cuestan entre 55 y 99 euros por tonelada a los contribuyentes.

El proyecto de investigación NOSHAN brindará nuevas oportunidades para los agricultores, al tiempo que reducirá la dependencia de Europa de las importaciones de piensos.

La UE ha invertido casi tres millones de euros en esta investigación que terminará en 2016 y en la que participan distintos centros de investigación, una universidad y empresas de España, Bélgica, Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos y Turquía.

"Una tercera parte de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia en el mundo, en total, 1.300 millones de toneladas anuales", explicó la coordinadora científica del Centro Tecnológico LEITAT (España), Montse Jorba.

Añadió que "la transformación de los alimentos es responsable de una gran parte de este despilfarro".

La puesta en marcha de esta iniciativa permitirá también generar nuevos puestos de trabajo en la recogida de residuos, las plantas de procesamiento y la fabricación de piensos, informó el Ejecutivo comunitario.

Los residuos alimentarios que se pueden convertir en pienso proceden en particular de las frutas, las hortalizas y los productos lácteos, y permitirán crear pienso a un coste bajo y manteniendo un consumo bajo de energía.

NOSHAN brindará la oportunidad al sector agrícola de lograr una mayor sostenibilidad y ayudará a reducir el impacto que tiene el sector en el medio ambiente.

El Día Mundial de la Alimentación 2014, que se celebra hoy, tiene como objetivo seguir fomentando proyectos que permitan alimentar el planeta sin dañan al medioambiente, dijo la CE.

La demanda mundial de alimentos crecerá un 70% de aquí a 2050 y habrá un fuerte incremento en el uso de la biomasa que ejercerá una gran presión sobre el sector de la agricultura, pronostica la CE.