El comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, ha pedido un «último esfuerzo» para intentar lograr un acuerdo «in extremis» antes del 1 de julio, momento en que la Presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE) pasa a Estonia. El 26 de junio, en el Comité Especial de Agricultura (CEA), órgano preparatorio del Consejo de Ministros, los países votarán el texto final que se intentará consensuar para llevar a los próximos trílogos.
La mayoría del sector ecológico español englobado en Ecovalia, SEAE, CCPAE, Ampoas, Femeca/Coato, Silae, Caecv y CAAE ya mandó en su día una carta a la ministra española de Agricultura, Isabel García Tejerina, para que no apoye ningún documento que pueda «minar los intereses del sector ecológico en su conjunto».
Uno de los escollos, antes y ahora, continúa siendo el hecho de que cada país pueda regular sobre algo tan serio para el producto ecológico como la presencia de residuos no autorizados en estos alimentos. La postura del Gobierno español y también la del sector es que haya un sistema armonizado en toda la UE respecto a la presencia de sustancias no autorizadas y que, si se detecta, se retire de la venta como ecológica.
De lo contrario, señala el sector, se puede dar la paradoja de que se comercialice como ecológico un alimento que en otro país no contaría con el certificado bio y «esta situación choca frontalmente con el principio de armonización que se indicó como objetivo cuando se trasladó el primer borrador del nuevo reglamento».
El sector eco añade al respecto que «contradice uno de los pilares en los principios de la producción ecológica: el cultivo ligado al suelo», además creará una competencia importante a las producciones eco de invernadero que existen en España, sobre todo del sector hortofrutícola.