Una partida de tomates turcos fue detectada el pasado 25 de enero en la frontera búlgara con el Límite Máximo de Residuos por encima del legal. La materia activa detectada fue el formetanate a niveles de 0,383 miligramos por cada kilogramo.
Este nivel supera en tres el permitido por esta materia activa en tomate dentro de la Unión Europea, por lo que se determinó su destrucción en un lugar autorizado para tal efecto.
La última alerta con tomate turco se produjo en marzo de 2011, donde entraron varias partidas de tomate turco con dirección a Grecia para su reexportación. La materia activa detectada fue la procimidona.
El tomate turco tiene en Rusia su principal destino de exportación, aunque hasta la fecha no se le ha cerrado las fronteras a los proveedores turcos.





















