La crisis de la bacteria ‘E. coli’, aparecida en Alemania, está dejando importantes secuelas a las economías agrícolas. El director de gestión de la firma alemana Langard, Thomas Schlich, indica hoy que «la caída de las ventas es dramática» en el Fruchportal Magazine.
El ejecutivo indica que «toca sufrir. La incertidumbre de los consumidores es tan grande que el apetito por comer legumbres y hortalizas ha pasado y estamos ahora en plena etapa de producción alemana».
El ejecutivo Schlich cree que la situación no cambiará hasta que no se encuentre la causa de la propagación de la bacteria.
Las organizaciones de consumidores y las agencias gubernamentales ya señalan que toca gastarse el dinero para volver a educar a los consumidores con el objetivo de recuperar la confianza la gente de los alemanes en las hortalizas. Estas agencias señalan que «los alemanes son ignorantes en el conocimiento de la producción de las hortalizas o en los pasos que se dan para producir los tomates o las lechugas que terminan en la cesta de la compra de los hogares alemanes».
Algunas asociaciones alemanas están solicitando a los productores y comercializadoras que hagan un esfuerzo en comunicar a la sociedad el origen de los pepinos alemanes frente a otras procedencias.
