Los últimos temporales de lluvia han reducido la superficie destinada al cultivo de ajo en algunas de las principales Comunidades Autónomas productoras, como Andalucía y Castilla-La Mancha, donde esa disminución podría llegar hasta el 20 por ciento, según han explicado fuentes del sector.
El presidente de la Mesa Nacional del Ajo, Julio Bacete, ha precisado que la disminución de la superficie en Andalucía -segunda comunidad productora- podría caer entre un 15 y un 20 por ciento, mientras que en Castilla-La Mancha -primer productor- el descenso sólo sería del 5 por ciento.
Según Bacete, en las demás regiones productoras -Castilla y León, Extremadura y Madrid- «el temporal no ha afectado en gran medida y se mantiene el número de productores».
En cuanto a las previsiones de cosecha para este año, ha asegurado que «aún es pronto» para hacer estimaciones, aunque «si el tiempo acompaña» la campaña podría concluir de forma «normal» y con un resultado «de calidad».
Ha recordado que la pasada temporada finalizó con una producción «normal», de alrededor de 140.000 toneladas, y que el principal problema fue el de los «bajos precios» que se registraron en los primeros meses y el de la importación de ajo de China, más barato que el español.
En este sentido, ha explicado que la importación de ajo del país asiático se ha reducido porque sus precios han subido «bastante» y la producción se ha reducido respecto a años anteriores.
Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Productores y Comercializadores de Ajo (Anpca), Andrés García, ha indicado que los temporales de lluvia han reducido entre 10 y un 15 por ciento la superficie de cosecha en España y que la Comunidad Autónoma más afectada ha sido Andalucía.
García ha explicado que, en general, la campaña ha comenzado con normalidad, aunque se ha registrado cierto retraso en su inicio debido a las lluvias, ya que el ajo requiere un tiempo soleado para su correcto desarrollo.
Respecto a los precios, ha explicado que los primeros datos de la campaña apuntan a importes «razonables» y, en su opinión, «mejores a los de la temporada 2009, en la que los niveles alcanzados fueron «muy bajos».
Según García, el incremento de los precios en China y la fortaleza del dólar podrían influir positivamente en el sector español, ya que ambas variables podrían provocar una reducción de las importaciones.
En relación a la competencia que supone el ajo procedente de este país asiático, ha destacado que las cantidades importadas «fuera del contingente establecido» para el mercado comunitario se han reducido en los últimos tres años.
China dispone de un cupo de importación de ajo a la Unión Europea y, una vez cubierta dicha cantidad, el país puede seguir comercializándolo en el mercado comunitario previo pago de un arancel «disuasorio» por cada tonelada extra.