Los especialistas reunidos en Pamplona en las XIX Jornadas Técnicas sobre la Calidad de los Trigos en España minimizaron hoy la importancia de los cultivos de trigo para biocombustibles en la crisis internacional de precios de los cereales.
El presidente de la Asociación Española de Técnicos Cerealistas, José María Carrillo, comentó a Efe que los mercados internacionales del trigo «están un poco turbulentos», porque «se han disparado los precios», pero destacó que no hay una sola causa, sino que las mismas son diversas.
«Evidentemente», dijo Carrillo, «una de las causas es que hay una mayor demanda en el mundo de cereales. Además, los ‘stocks’ han ido decreciendo estos años porque las cosechas no han sido muy buenas, y también se ha producido una mayor diversificación de los usos del cereal».
En este sentido, aseveró que se ha «magnificado» el impacto de la utilización de trigos para biocombustible y subrayó que «quizás, al ser éste un factor nuevo, existe la impresión de que es el culpable, pero se trata sólo de un factor más, que ha hecho que la demanda sea mayor que la oferta».
Carrillo, quien insistió en que la utilización de trigos en biocombustibles «no puede ser un factor desencadenante», señaló que «más bien» lo que ocurre es que «a nivel mundial se ha disparado la demanda, sobre todo en países emergentes».
Por ejemplo, indicó, en China «hay cada año más de cien millones de personas que se incorporan a un estilo de vida occidental. Consumen más y comen más carne, y para producir más carne hace falta más pienso, que se obtiene de los cereales».
Asimismo, añadió, «tampoco han acompañado estos últimos años las cosechas, y además ha existido una política europea de desacoplamiento, de reducción de tierras, que quizás no ha sido muy acertada y que de hecho está cambiando», porque desde la Unión «están permitiendo que aumente la superficie».
Otra de las cuestiones analizadas en las jornadas, clausuradas hoy en Pamplona, fue la presencia en los cereales de «micotoxinas», sustancias producidas por hongos que son perjudiciales para la salud, aunque normalmente se encuentran en la cáscara del trigo y por tanto suelen afectar más al ganado que a las personas.
En las jornadas, comentó Carrillo, se puso de manifiesto que, «afortunadamente, en España, comparados con otros países europeos, estamos muy bien situados», ya que, según los últimos estudios, de 200 muestras de cereal analizadas, sólo dos superaban el nivel permitido por la Unión Europea, que es de 1,25 partes por millón.
Por tanto, resaltó, en España «no hay que preocuparse», ya que, si bien en las importaciones de trigo podría haber mayores concentraciones de micotoxinas, las mismas son analizadas en los puertos de llegada.
