La cadena Lidl ha señalado este martes que minimizará el desperdicio alimentario en un 30 % hasta 2025 y en un 50 % hasta 2030, objetivos que pretende cumplir con medidas como un sistema automatizado para gestionar su surtido, el control diario de fechas de retirada o la transformación de residuos en pienso animal o biogás.
Lidl también ha destacado que ha logrado certificar su sistema de gestión para minimizar el desperdicio de alimentos tras superar en junio pasado una auditoría independiente en sus tiendas y centros de España.
El Corte Inglés, por su parte, ha donado más de 1,7 millones de kilos a bancos de alimentos y entidades benéficas, en el marco de su campaña contra el desperdicio.
Más de 161.000 personas han podido beneficiarse de una comida diaria durante un mes, ha informado la compañía, que realizará acciones especiales de sensibilización con clientes y empleados hasta el próximo 2 de octubre, uniéndose así a la Semana contra el Desperdicio Alimentario que impulsa la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc).
Mañana se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos, que hace que cada año se tiren a la basura cerca de 1.300 millones de toneladas de comida en el mundo, según datos de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En España, se pierden o desperdician en torno a 1.300 millones de kilos de alimentos anuales, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
La organización no gubernamental de desarrollo (ONGD) Enraíza Derechos ha demandado que la futura ley que prepara el Gobierno español contra el desperdicio alimentario ponga su acento «en el enfoque preventivo frente al paliativo» y cuente con recursos económicos para implementarla.
Enraíza ha denunciado que el 30 % de la producción global de alimentos se pierde o se desperdicia, lo que causa hasta el 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (3,3 gigatoneladas equivalentes de CO2) y emplea cerca de 1.400 millones de hectáreas de tierra de cultivo para producir alimentos que luego terminan en la basura.
Un informe de la escuela de negocios EAE destaca que en la Unión Europea se desecha el 20 % de los alimentos producidos, mientras que 43 millones de personas no pueden permitirse una comida de calidad cada dos días.
En España, solo se recuperan 60 kilos per cápita con la incineración para la recuperación energética, un 54 % de la media europea.
El estudio afirma que los comercios tradicionales generan hasta un 60 % menos de residuos que los supermercados, que tiran sobre todo frutas, verduras, hortalizas y lácteos.