SOS Rural, plataforma independiente en defensa del mundo rural, reclama, después del mayor apagón de la historia de España, una reflexión profunda acerca del actual modelo nacional energético, que supone el desmantelamiento de cientos de miles de hectáreas de suelo agrícola para la instalación de grandes parques fotovoltaicos.
De hecho, los parques fotovoltaicos ocupaban 50.000 hectáreas de superficie agraria útil en España en 2024, mientras que se prevé que alcancen las 60.000 hectáreas en 2025 y las 94.596 hectáreas en 2030 —la mitad de toda la superficie agraria útil de la provincia de Almería—, si se mantiene el ritmo proyectado —según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA)—.
Esta planificación energética, que ignora el problema de seguridad y soberanía alimentaria al que nos exponemos con esta reconversión de suelo agrícola a industrial, implica la tala de olivos y árboles centenarios que forman parte de la cultura, la historia y el paisaje de España desde hace siglos. “Unos pocos están desmantelado un sistema que nos garantiza alimentos en situaciones extremas, como la sufrida con el COVID, o en momentos puntuales de dificultad, como el provocado por el gran apagón”, lamenta Natalia Corbalán, portavoz nacional de SOS Rural.
Pérdida de tierras fértiles
Según los datos de Hábitat y Sociedad sobre Andalucía, la conversión de hasta 200.000 hectáreas en la próxima década podría afectar a las tierras de mayor valor agrícola, especialmente si los proyectos no se limitan a suelos degradados. El 69,6% de las plantas fotovoltaicas y el 90,9% de las termosolares instaladas hasta 2023 ocupan suelos de alta capacidad productiva —categorías S1 y S2—, lo que supone una pérdida significativa de tierras fértiles.
Asimismo, en el Campo de Cartagena (Murcia), la mayoría de los proyectos fotovoltaicos se instalan en suelos agrícolas, especialmente de regadío, debido a su accesibilidad, conectividad a la red eléctrica y menor costo. Esto restaría potencial productivo, especialmente en áreas donde se han invertido fondos públicos para modernizar el riego.
SOS Rural denuncia que el crecimiento de parques fotovoltaicos en Murcia ha sido notable: entre 2019 y 2024, la potencia instalada de energía fotovoltaica se multiplicó por siete, superando los objetivos del PNIEC (76 GW para 2030) en un 56-85% si se suman los proyectos en tramitación, algo que acabaría poco a poco con el inmenso legado agrícola de la región.
Por todo ello, esta plataforma independiente en defensa del medio rural exige que se reformulen los planes energéticos y se desarrollen ‘Evaluaciones de Impacto Rural’, una iniciativa que vienen reivindicando a través de su Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) en defensa del mundo rural o mediante la recogida de firmas para evitar la tala de olivos centenarios en Lopera (Jaén). “El Gobierno de España está permitiendo que se arranquen de forma sostenida árboles centenarios para instalar miles y miles de placas solares que, como se ha visto, no obedecen a una correcta planificación energética ni sostenible en términos ambientales, paisajísticos y energéticos”, reflexiona Corbalán.
Repensar el modelo energético
SOS Rural está impulsando una regulación europea que impida a las empresas energéticas la especulación y que las tierras más fértiles acaben convertidas en instalaciones fotovoltaicas. “Debemos repensar el modelo, de manera que seamos capaces de compatibilizar el sistema agrícola con el de energías renovables, sin que ninguno esté en una situación de poder sobre el otro”, plantea Corbalán.
En este sentido, SOS Rural llama a reflexionar sobre el “inmaduro” mix energético español —mezcla de diferentes fuentes de energía primaria que se utilizan para generar electricidad—, que se produce en un 70% con unas energías renovables que carecen de flexibilidad para adaptarse a cambios bruscos de consumo: “¿No deberíamos pararnos a pensar antes de acabar con la riqueza incalculable que suponen los olivos centenarios que, una vez talados, necesitan siglos para volver a crecer?”, se pregunta la portavoz nacional de SOS Rural.