"El potencial agrícola de América Latina le permite en plazos relativamente cortos incrementar de manera considerable sus exportaciones a Rusia", dijo a Efe el catedrático del Universidad de Economía Plejánov, experto en comercio exterior, Piotr Yákovlev,
Argentina, Brasil, Chile y México son, entre otros, los países latinoamericanos que, según Yákovlev, tienen mayores posibilidades de incrementar sus ventas de alimentos a Rusia.
"Desde luego, los latinoamericanos tendrán que luchar por conquistar a los consumidores rusos con competidores que no se han sumado a las sanciones occidentales (contra Rusia)", advierte el economista.
Sin embargo, en opinión de Yákovlev, los países de América Latina cuentan con dos importantes ventajas, además de las condiciones climáticas: extensas superficies de tierras cultivables sin aprovechar y la existencia de empresas multinacionales regionales, como las multilatinas.
Según el economista ruso, estas empresas actúan exitosamente fuera de los límites regionales, lo que les permite ofrecer sus productos a precios competitivos en diversos mercados.
En este sentido, destacó que los alimentos procedentes de América Latina hace mucho que dejaron de ser una novedad en Rusia y actualmente ya ocupan posiciones dominantes en el mercado ruso en determinados sectores, como el de carne de vacuno congelada (86 %).
Yakóvlev destacó que los intentos de la Unión Europea de presionar a los países latinoamericanos a fin de que se abstengan de incrementar sus exportaciones de alimentos a Rusia no han dado resultado, como lo demuestra la disposición de los productores de aumentar los suministros.
"En el plano estratégico, el eje de la cooperación económico-comercial entre América Latina y Rusia podría ser la creación de zonas de libre comercio, en particular entre los grupos de integración latinoamericanos y la Unión Eurasiática (que además de Rusia, integran Bielorrusia y Kazajistán)", agregó.
La prohibición de las importaciones de alimentos de los países que han adoptado sanciones contra Rusia por la crisis de Ucrania tiene un impacto desigual en el mercado ruso.