La empresa le ha dado a esta propiedad el nombre de KNOX, y según ha informado en un comunicado el gerente de Producto de Conveniencia de la empresa, Bauke van Lenteren, la conservación aumenta "aproximadamente dos días".
"Con KNOX ya no es necesario envasar siempre la lechuga cortada en una atmósfera pobre en oxígeno, lo que permite reducir los costes y una mayor variedad de mezclas", afirma Van Lenteren.
"Además, se elimina el desagradable olor tan característico que se desprende al abrir un envase con una atmósfera pobre en oxígeno", ha asegurado sobre esta innovación.
Destacan a su vez que KNOX ofrece otras ventajas para el resto de la cadena, ya que la conservación durante más tiempo "permite a los minoristas mejorar el estado de existencias y reducir los desechos".
La empresa asegura que ha trabajado durante más de diez años en el desarrollo de KNOX, que ha sido introducido en "aproximadamente diez variedades de diferentes tipos de lechuga".