Es uno de los problemas silenciados tanto en la I gama como en la IV gama: la no renovación del agua para lavar las frutas y hortalizas en las lavadoras. Por este motivo, y para reducir los riesgos de contaminación cruzada el director técnico de Citrosol, Martin Motura (en la imagen), recomendó reemplazar el 50 por ciento del agua en los procesos de lavado, en unas jornadas celebradas ayer en el centro Tecnova.
La no renovación del agua en los procesos de lavado de la fruta tiene mayor impacto en la categoría de la IV gama y tiende a incrementarse los riesgos de proceso bacteriano en E. coli, Salmonella y Listeria.
En este sentido, Motura señaló que muchas empresas no tienen plan de gestión del agua y se hace necesario que las empresas tengan en cuenta varios puntos para mejorar sus condiciones de lavado.
Condiciones como «identificar el riesgo, establecer los parámetros a medir, fijar medidas preventivas y registrar los datos críticos», expuso Motura.
El riesgo real
Motura recordó que «el riesgo existe y hay que gestionar para minimizar el efecto, ya que la seguridad por contaminación microbiológica no está tan desarrollada en la UE».
Y otro riesgo es el secado de la fruta. No toda la fruta tiene facilidad para el secado una vez que ha pasado el proceso de lavado, y Motura se refirió al melón Charentais escriturado.
El técnico de Citrosol afirmó que resulta peor lavar sino se seca adecuadamente, porque se convierte en una fuente de bacterias.



















