Con una inversión de 128,6 millones de dólares, la iniciativa se desarrollará durante cinco años en una superficie de 12.400 hectáreas de 17 provincias de las regiones Sierra y Costa de Ecuador, con el objetivo de incrementar en un 60 % los ingresos de los pequeños y medianos productores.
Se trata de lograr la tecnificación del riego por aspersión, por microaespersión y por goteo para evitar el desperdicio de agua.
El programa será financiado por medio de un préstamo de 80 millones del Banco Mundial, otro de 20 millones de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aecid) y un "financiamiento de contrapartida" del ministerio de 20 millones.
La población beneficiaria contribuirá con 8,6 millones de dólares a este plan, que recibirá, además, una donación de la Unión Europea por importe de 8 millones de dólares.
En Ecuador existen 1,1 millones de hogares agrícolas que poseen superficies de entre 1 y 20 hectáreas y cuya producción "es crucial para muchas cadenas de valor", según las fuentes.
Entre los productos más importantes cultivados por estas familias se encuentran la patata (64 por ciento), el maíz (76 por ciento) y cebollas (80 por ciento), entre otras.
El cultivo de estas variedades, sin embargo, sufre limitaciones por lo reducido de la superficie utilizada, por la falta de acceso a mercados y también por la falta de conocimientos para poner en marcha técnicas eficientes de manejo del agua.
De las 338.000 hectáreas en manos de los pequeños y medianos productores que cuentan con riego, 315.000 hectáreas (93 %) utilizan aún métodos de irrigación tradicionales con niveles de eficiencia reducida y una limitada capacidad de almacenamiento de agua, indicaron las fuentes.
El programa inaugurado beneficiará a los agricultores con inversiones para modernizar los sistemas de irrigación, apoyar la gestión sostenible de los recursos naturales y ofrecer asistencia técnica y capacitación.