La protesta respondía a la convocatoria de la Federación departamental de los sindicatos de explotaciones agrícolas (FDSEA) y de los Jóvenes Agricultores (JA), que consideran que la persistencia de la crisis amenaza «miles de empleos».
«Desde hace una decena de años la competitividad francesa no ha dejado de hundirse por la excesiva reglamentación y cargas sociales que no paran de aumentar», deplora la FDSEA, que exige al Ejecutivo reformas estructurales.