Así lo han manifestado los representantes de Cooperativas Agro-alimentarias, las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, y las asociaciones de consumidores CECU y Ceaccu, en un encuentro informativo organizado por Efeagro en el marco del proyecto "La PAC, una política para todos los ciudadanos".
El tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos, conocido por sus siglas en inglés como TTIP, se encuentra en un proceso de negociación que, según las últimas valoraciones desde la Comisión Europea, se puede alargar más allá de 2015.
Entre las cuestiones que preocupan, tanto a productores como a consumidores, se encuentra el "principio de precaución", que han considerado "clave" en materia de seguridad alimentaria, pues supone que un producto no se pueda distribuir ante la duda de que pueda entrañar un peligro para la salud.
Han coincidido, por otra parte, en que en la Unión Europea la normativa en torno a la seguridad alimentaria es la más exigente, un aspecto que -en muchos casos- no conoce el consumidor final y que requiere a su juicio de mecanismos de control y sanción suficientes para que se cumpla.
En el encuentro, han reconocido que hay una clara "desconexión" entre el consumidor y los agricultores, pues no conocen el trabajo que hay detrás de cada alimento, su modo de producción y sus garantías de seguridad y las normas que las regulan, ni qué es la Política Agraria Común (PAC) y su papel fundamental para el sector, al suponer el 30 por ciento de su renta.
En su intervención, el director de Cooperativas Agro-alimentarias, Eduardo Baamonde, ha insistido en que en la Unión Europea la seguridad alimentaria se "da por garantizada", al ser un aspecto reglado y que hay que trasmitir al consumidor el valor de los alimentos.
Para el director de Relaciones Internacionales de Asaja, Ignacio López García-Asenjo, es necesario que los consumidores conozcan la realidad de los productos españoles y que, por su parte, el agricultor sepa qué es lo que está demandado el usuario para responder a sus expectativas.
El secretario general de COAG, Miguel Blanco, ha abogado por preservar la identidad del modelo "alimentario europeo sostenible" que, en su opinión, "corre peligro por los acuerdos bilaterales que no tienen en cuenta los estándares de calidad europeos", un aspecto "al que hay que hacer frente con los consumidores".
Desde UPA, su secretario general, Lorenzo Ramos, ha recordado que gracias a la PAC se ha podido llevar a los consumidores una alimentación "sana, segura y saludable", que reúne toda las garantías y que "sólo cuesta al consumidor 30 céntimos de euros a la semana".
Según la portavoz de Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu), Yolanda Quintana, la relación de los consumidores con los alimentos viene marcado por ejes "irrenunciables" como el precio -"transparente y no sujeto a relaciones abusivas en el mercado"-, la seguridad alimentaria y la información, sobre todo del origen del producto.
La responsable de Alimentación de la Confederación de Consumidores y Usuarios (Cecu), Gretel Cabrera, ha señalado que los consumidores quieren un sistema alimentario que sea "sostenible y justo", que cumpla todas los requisitos en torno a la seguridad alimentaria y ha enfatizado sobre nuevas formas de comercialización como los canales cortos de distribución.
Consumidores y productores se han mostrado convencidos en sus intervenciones de la oportunidad de poner en común sus opiniones para conocer la realidad de ambos eslabones de la cadena alimentaria y han abogado por estrechar su colaboración para tener más peso.