Los cerca de 5.300 cultivadores de patata de Castilla y León perderán este año más de 80 millones de euros, por lo que muchos quedarán «arruinados», ha denunciado hoy la Unión de Campesinos.
La «mala gestión» de la Administración ante la crisis de precios que padecen los agricultores, que cobran la patata a menos de seis céntimos de euro el kilo cuando cuesta producirlas al menos quince, es una de las principales causas de esta ruina del sector, ha criticado esta organización agraria en rueda de prensa.
El coordinador de la organización, Jesús Manuel González Palacín, ha explicado en Valladolid que la Unión de Campesinos de Castilla y León ha enviado a la Consejería de Agricultura un documento con propuestas para solucionar a esta crisis.
«Si no cambia de actitud» la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, que ha excluido a esta organización de los acuerdos para salvar el sector, según Palacín, la Unión de Campesinos seguirá pidiendo su dimisión.
El responsable de esta organización ha lamentado que frente a los tres o seis céntimos de euro, en el mejor de los casos, que cobra el agricultor, el consumidor llega a pagar ochenta por kilo de patata en el punto de venta.
Este año están sembradas 22.264 hectáreas de patata en Castilla y León, 2.200 más, aproximadamente, respecto a la pasada campaña, y se espera una producción de 904.861 toneladas, frente a las 835.657 de la pasada temporada.
La Unión de Campesinos propone, entre otras medidas, que antes de sembrar el productor cuente con un contrato con la industria o la distribución, que garantice la compra de su producción y a un «precio justo».
Además, demanda mejoras en el sistema de almacenamiento, para que no salga a la venta toda la patata cuando se recolecta, lo que hunde el mercado, y un control de las importaciones de países como Francia, para evitar la venta de patatas por debajo de su coste para desplazar a la producción nacional.
El desarrollo de variedades más acordes a las necesidades del campo de Castilla y León y una ley de etiquetado, que informe al consumidor del origen del producto, son otras de sus demandas.