Aimplas ha informado en un comunicado de que con estas mallas, a diferencia de lo que ocurre con las convencionales, no es necesario separarlas de la basura orgánica para su reciclado y en menos de seis meses se transforma en compost.
El envase, según ha detallado Aimnplas, a pesar de ser biodegradable mantiene las mismas propiedades y el mismo aspecto que las mallas extruidas fabricadas con materiales convencionales y su precio "es tan solo unos céntimos superior por kilo de producto contenido".
El director gerente de Aimplas, José Antonio Costa, ha asegurado durante la entrega del premio que el mejor premio para el instituto es que las empresas "sean capaces de innovar compitiendo con sus homólogas a nivel europeo y global".
"Es necesario seguir apostando por la innovación a nivel regional, nacional y europeo y las empresas y demás agentes debemos aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan", ha subrayado.
En el proyecto también han participado las españolas Ecoplas y Cristóbal Meseguer, la alemana Tecnaro y la compañía belga OWS, y ha contado con la financiación del Programa Marco para la Competitividad y la Innovación (CIP).



















