Ésta es una de las principales conclusiones del análisis realizado por la OCU en 80 establecimientos de este tipo localizados en Barcelona, Bilbao, Madrid y Sevilla, según ha informado la entidad en un comunicado divulgado hoy.
De acuerdo con sus datos, sólo en un 20 % de los establecimientos visitados se evitó correctamente el riesgo de contaminación cruzada, en referencia a los casos en que un producto no incluye un ingrediente que produce alergia pero, al entrar en contacto con él a la hora de ser envasado o entregado al cliente, puede acabar presentando trazas de éste.
Esta contaminación es «fácil» que se dé en algunos alimentos, especialmente en los que se distribuyen a granel, según la OCU, cuyas cifras apuntan a que 62 de estos puntos de venta analizados «no se cumplieron las normas mínimas para garantizar» que este fenómeno no se produjera, aun indicando que se trataba de productos aptos para personas alérgicas.
Para revertir esta situación, desde la OCU han hecho un llamamiento para que las empresas impartan «más formación al personal».