Desde que la empresa nijareña creó su departamento de I+D+i en Nutrición y Salud, lleva más de un año apostando por la investigación en alimentación funcional para favorecer la salud de sus consumidores. Fruto de estas actividades, Biosabor fue invitada al evento en Milán, asistiendo la responsable del departamento Ana Molina Jiménez en representación de la empresa productora de frutas y verduras ecológicas, sin duda protagonistas ya no solo de la pirámide de los alimentos, sino de cualquier modelo de alimentación saludable.
La agricultura es Dieta Mediterránea, se defendió en la conferencia, la clave para revitalizarla es ir al origen, dar a conocer sus bases y de donde vienen sus productos.
Por esto se hizo especial mención a una producción sostenible y ecológica como lo era en sus comienzos, alegando con evidencias científicas que los alimentos ecológicos tienen un mayor contenido en hierro, zinc, vitamina C y antioxidantes en las frutas y verduras, y de ácidos grasos insaturados como el omega 3 en el caso de la leche y carne. Así como un menor contenido en proteínas, nitratos, cadmio y residuos de pesticidas.
A las frutas y verduras las definieron como la clave de los efectos saludables de la Dieta Mediterránea, debido a su gran riqueza nutricional en particular polifenoles y antocianidinas responsables de su efecto protector en el cáncer. Por la misma razón se hizo una mención especial al tomate y su contenido en licopeno.
En consecuencia las verduras pasan a ser las primeras protagonistas de la nueva pirámide de los alimentos siendo el grupo que más cantidad se aconseja tomar al día con 2 o más porciones, al menos una cruda. Los segundos son las frutas con 1 o 2 porciones al día, al igual que los cereales integrales preferiblemente y el aceite de oliva virgen.
La novedad más destacable la supone el siguiente escalón, presidido por las legumbres, un grupo de alimentos que ha cobrado gran importancia debido a la necesidad de aumentar el consumo de proteínas vegetales en detrimento de las animales, que cada vez se encuentran más cerca del vértice de la pirámide.
De esta forma, la recomendación para las legumbres ha pasado de 2-3 veces por semana a 4-7, no solo en forma de guisos sino también como ensaladas o humus.
En este mismo escalón se encuentran los frutos secos crudos, semillas y aceitunas, aconsejando un puñadito como snack saludable, así como el uso de especias, hierbas, ajo y cebolla como saborizantes que ayuden a reducir el uso de sal y otorguen sabores de identidad a cada plato de cada región.
Después encontramos el pescado con 2-4 o más porciones a la semana incluyendo pescado azul y marisco. Le siguen los huevos con 2-4 por semana y la carne blanca con 2 porciones, la roja con menos de dos, embutidos máximo una por semana y los dulces máximo dos.
Todo esto con una ingesta adecuada de agua según la actividad diaria.
Al margen se incluyen la actividad física, cocinar en familia, biodiversidad, consumo de temporada, alimentación ecológica, descansar y un consumo de vino u otra bebida alcohólica según hábitos culturales.
Esta nueva pirámide replantea el sistema agroalimentario dando prioridad a la calidad sobre la cantidad, replantea también un estilo de vida que no elija solo alimentos sanos sino una dieta completa sana, que cuide el medio ambiente y recuerde a los más pequeños el sabor de lo natural. En definitiva, una pirámide menos instructiva, más educativa y que incide cada vez más en la alimentación ecológica.