El experimento se realizó con un plato de verdura etiquetado de cuatro maneras diferentes. Los nombres de los platos con nombres más sugerentes incrementaron un 25 por ciento el porcentaje de consumo respecto al etiquetado más básico, publica Fruitnet.com.
Tras esta investigación los investigadores señalan que el etiquetado puede influir en la experiencia sensorial del consumidor y replantear la conducta de compra de frutas y verduras.