Además de las pérdidas de producción, tienen que enfrentarse a gastos adicionales por la recogida del producto caído para que no genere plagas o la poda de los tallos dañados, con lo que van a estar 2 años sin recibir ingresos, este 2025 por la pérdida de la cosecha y 2026 porque los árboles han quedado dañados y no van a dar frutos.
Los créditos aún no solicitados tendrán además un año de carencia, con lo que no se tendría que empezar a devolverlos hasta dentro de doce meses.
Desde la patronal Unión de Pequeños Agricultores han señalado que estos necesitan ayudas directas y urgentes, no endeudarse más, para acometer las tareas de acondicionamiento y replantación de los cultivos afectados.
En el secano, con un nivel de aseguramiento mínimo, llevan tres años sin ingresos por la sequía, por lo que no tienen más capacidad de endeudamiento.
En los frutales tendrán que hacer frente a los créditos de campaña ya contraídos sin vender fruta, añade, también en desacuerdo con la forma elegida por el presidente autonómico, Fernando López Miras, para anunciar la subsidiación de intereses, en la red social de internet X, sin consultar a las organizaciones del sector y sin dar detalles.