La multinacional de biotecnología Monsanto anunció ayer que eliminará aproximadamente 2.600 empleos durante los próximos dos años, lo que supone el 12 por ciento de su mano de obra, con el fin de compensar las pérdidas por el descenso en los precios globales de las materias primas, según publica Efe Agro.
La compañía estadounidense, el mayor fabricante de semillas del mundo, hizo el anuncio al divulgar los resultados del ejercicio fiscal 2015, cuando sus beneficios cayeron el 15,5 por ciento, hasta los 2.310 millones de dólares.
Monsanto definió los cambios como «acciones de reestructuración global», por lo que parece posible que los despidos afecten a sus filiales fuera de Estados Unidos, aunque la compañía no especificó nada al respecto.
La reestructuración pretende «potenciar la competitividad» de la empresa, con el «cambio de prioridades en algunos esfuerzos comerciales y de investigación y desarrollo, incluida la salida del negocio de la azúcar de caña», según el comunicado de la empresa.
«Se espera que la fase inicial conduzca a ahorros anuales de 275 a 300 millones de dólares para finales del año 2017, con un coste total de aproximadamente 850 a 900 millones de dólares», indicó Monsanto.
«Los planes también incluyen una separación prevista de aproximadamente 2.600 empleados en los próximos 18 a 24 meses. La compañía está desarrollando más planes para reducir sus gastos operativos en 100 millones de dólares más, lo que elevaría a hasta 400 millones de dólares los ahorros totales anuales previstos», añadió.
Este movimiento cuestiona la capacidad financiera de Monsanto si hubiese comprado la multinacional Syngenta. El despido afecta sobre todo a profesionales de Latinoamérica y Asia, y respeta en su mayoría a los de Europa. El despido de 2.600 trabajadores no tiene nada que ver con las inversiones que Monsanto ha realizado en los últimos años en el negocio de las semillas hortícolas.





















