Los 3.600 empleos que Monsanto eliminará en los próximos dos años suponen un 16 por ciento de su plantilla.
La empresa se ha embarcado en un plan de reestructuración destinado a reducir sus gastos con el fin de compensar sus pérdidas por el descenso en los precios globales de las materias primas.
La compañía estadounidense, el mayor fabricante de semillas del mundo, hizo el anuncio al comunicar a la SEC sus resultados entre octubre y diciembre de 2015, correspondiente al primer trimestre de su año fiscal 2016.
En su ejercicio fiscal 2015, los beneficios de la empresa cayeron el 15,5 por ciento, hasta los 2.310 millones de dólares.
Según los datos comunicados a la SEC, la empresa calcula que su programa de reestructuración le costará entre 1.100 y 1.200 millones de dólares, frente a los entre 850 y 900 millones calculados antes.
Con ellos, Monsanto espera conseguir ahorros por valor de 500 millones de dólares anuales para 2018.
Monsanto tiene presencia en España y en varios países de Latinoamérica: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Perú y Uruguay, según su página web.