Latinoamérica

Ministro brasileño rebate a titular Agricultura y pide acabar con latifundios

El nuevo ministro de Desarrollo Agrario de Brasil, Patrus Ananias, instó a "derrumbar las cercas del latifundio", después de que la titular de Agricultura, Katia Abreu, negara que ese fenómeno de concentración de la propiedad exista en el país.

Ananias, un histórico dirigente del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), asumió formalmente su cargo y rebatió en su discurso las declaraciones de Abreu, ganadera designada por la jefa de Estado Dilma Rousseff como nueva ministra de Agricultura, pese al firme rechazo de los movimientos de pequeños campesinos.

En una entrevista publicada por el diario Folha de Sao Paulo, Abreu defendió alterar el actual modelo de reforma agraria, mediante el cual se expropian tierras consideradas improductivas para ser distribuidas entre pequeños campesinos.

En su opinión, "los latifundios no existen más", por lo que la reforma agraria no debe ser "masiva", sino centrarse en campesinos con "vocación" de trabajo, a los que, además de tierras, se les deben garantizar asentamientos "de calidad" y con la "estructura" necesaria para su labor.

En lo que fue interpretado como una respuesta a esa declaración, Ananias, cuya cartera es responsable de la reforma agraria, declaró hoy que "no basta con derrumbar las cercas del latifundio", sino que "es preciso derrumbar también las cercas que nos limitan a una visión individualista y excluyente del proceso social".

De acuerdo con datos oficiales, el 1 por ciento de los grandes empresarios del campo posee casi la mitad de las tierras cultivables en Brasil y, según organizaciones sociales, como el combativo Movimiento de los Sin Tierra (MST), unos 90.000 campesinos permanecen acampados en el país a la espera de ser incluidos en planes de reforma agraria.

Sin embargo, los mismos movimientos sociales calculan que, en realidad, la lista de personas que pudiera beneficiarse de la reforma agraria asciende a unos cinco millones, que en su mayoría han emigrado del campo hacia las periferias de las grandes ciudades.

En su discurso, Ananias admitió que la reforma agraria "es un tema que aún despierta polémicas y encuentra resistencias", pero afirmó que es un asunto que debe ser resuelto mediante el "diálogo" democrático y bajo la óptica de los "derechos sociales".

Según Ananias, "ignorar la existencia de las desigualdades y de la injusticia (en el campo) es una forma de perpetuarlas" y el Gobierno tiene el deber de "ofrecer y garantizar la oportunidad de crecimiento" a los campesinos sin tierras, a fin de "tornar concreto el concepto de la función social de la propiedad".