Mientras una delegación de los manifestantes era recibido por el presidente del Parlamento, Nikos Vutsis, un grupo de alrededor cincuenta personas logró irrumpir en el patio exterior de la sede parlamentaria, lo que desencadenó un forcejeo con la Policía.
Finalmente, las fuerzas del orden lograron expulsar a este grupo de manifestantes mediante el uso de gases lacrimógenos.
El acuerdo de rescate entre el Gobierno griego y los acreedores del país contempla un aumento del impuesto sobre la renta de los agricultores del 13 al 26 por ciento.
"Hemos venido para protestar contra la tormenta de impuestos que nos están preparando", dijo a Efe Andonis Bitsakis, 41 años, agricultor y apicultor, que viajó a Atenas desde la isla de Creta.
"Sabemos cual es la situación del país y queremos contribuir, pero el tipo impositivo debe quedarse en el 13 por ciento, porque esto ya es mucho", destacó Bitsakis.
El acuerdo contempla además una eliminación en dos fases del descuento del que hasta ahora gozaban los agricultores para la compra de gasóleo.
La tarifa excepcional de los 66 euros por cada mil litros de la tasa de consumo del gasóleo pasó a 200 euros desde octubre pasado.
A partir de octubre del año que viene el precio se equiparará al del resto de propietarios (330 euros por cada 1.000 litros).
Otra decisión gubernamental que afecta a los agricultores es el incremento de sus cotizaciones a la seguridad social.
Ioana Bosi, una antigua empleada de banco que en 1985 decidió convertirse en agricultora, se queja de que con estas medidas el sector agrícola está abocado a morir.
"Tal y como nos están planteando la situación, parece como si quisieran deshacerse de nosotros, como si no quisieran un sector primario, como si no quisieran más agricultores en Grecia. Nos están poniendo las cosas muy difíciles", dijo Bosi.
La agricultora recalcó que, en contra de lo que piensa y dice mucha gente, su sector no se niega a pagar impuestos.
"Nunca nos negamos a pagar impuestos, eso se dice pero es mentira; lo único que queremos es que haya una fiscalidad justa y que podamos sobrevivir", destacó.
"Con semejantes impuestos nadie podrá sobrevivir y nadie podrá comerse en el futuro un corderito como este", señaló, por su parte, Grigoris Tsotsos, un ganadero de 58 años llegado desde la región de Tesalia, con un corderito a sus espaldas.