Las discusiones sobre la formación de lo que hoy se llama Alianza Internacional de Productores de Frutas y Hortalizas para Promover una Industria Socialmente Responsable (Internacional Produce Alliance to Promote a Socially Responsible Industry-AHIFORES), se emitieron poco después del informe ‘Product of Mexico’ de LA Times, pero uno de los fundadores instrumentales del grupo, Mario Robles, ha hecho hincapié en que estaba en marcha antes de la publicación.
El artículo de investigación reveló los casos de explotación, servidumbre y trabajo infantil que existen en algunas fincas mexicanas.De este modo, AHIFORES ha prometido que su misión es “mejorar la visibilidad del compromiso a largo plazo de la industria de frutas y hortalizas frescas de México para el desarrollo integral de los trabajadores agrícolas, así como promover activamente una amplia comprensión de la industria y la coherencia en la aplicación de prácticas de negocio socialmente responsables”, publica Portalfruticola.
La alianza representa la gran mayoría de la industria de frutas y hortalizas de México, cubriendo sectores de exportación de espárragos, aguacates, frutillas, cítricos, uvas, mangos, papayas y tomates, entre otros productos.
Buenas prácticas
La organización pretende utilizar su red para difundir las mejores prácticas, programación educativa entre otros recursos de información que planea ofrecer.“Durante años, los principales productores mexicanos han establecido nuevos estándares en materia de responsabilidad social.
Sin embargo, pocos han contado la historia de ese compromiso”, dijo Robles, quien es director de la Confederación de Asociaciones Agroindustriales de Sinaloa (CAADES) y portavoz de la industria en AHIFORES.En 2007 había una media de 15.000 niños menores de 14 años trabajando en los campos [Sinaloa], ya que a los 14 años se puede trabajar legalmente con el permiso de los padres.
Ese año se ha hecho un pacto entre los productores de Sinaloa en el que los productores prometían no someterse a la presión de los padres para que sus hijos trabajaran.La situación era tal que los padres se presentaban a trabajar, pero con la condición de que sus hijos, como menores de edad, pudieran trabajar también.
Si una empresa agrícola decía, ‘yo no quiero dar trabajo a sus hijos’, iría a otra finca y encontrarían trabajo allí.Asimismo, se dijo que la norma previa a ese pacto era que los productores que hicieran lo correcto terminarían sin suficiente mano de obra para cosechar sus fincas.
Consultado acerca de si AHIFORES podría incorporar un elemento de fiscalización de terceros para su programa de responsabilidad social, Robles dijo que la organización se adaptaría a las situaciones en el futuro, pero por ahora tendría que operar en base a la confianza.