En rueda de prensa con el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, Merkel defendió la fecha de entrada en vigor de ese acuerdo, aunque todavía se negocia con Rusia ante la preocupación de este país por las repercusiones que puede tener sobre su economía.
En diciembre de 2014 la UE y Ucrania decidieron retrasar quince meses la aplicación de su acuerdo comercial ante las presiones de Moscú, que amenazó con adoptar medidas de protección de su mercado si no se atendían sus propuestas.
Yatseniuk ratificó que el acuerdo se aplicará desde el 1 de enero y, tras recordar que ha habido numerosas rondas de consultas con Moscú, subrayó que "Rusia no tiene derecho de veto".
Su visita a Berlín tuvo un carácter esencialmente económico y ambos líderes apenas hablaron hoy de los acuerdos de Minsk para acabar con el conflicto en este de Ucrania, pero Merkel reiteró el compromiso de su Gobierno con la integridad territorial ucraniana.
El actual alto el fuego no significa que se pueda hablar de estabilidad, apuntó la canciller antes de recordar que las sanciones a Rusia están vinculadas al cumplimiento de todos los compromisos adquiridos en Minsk.
En la misma línea, Yatseniuk recordó que el alto el fuego es "muy frágil" y que los acuerdos de Minsk "no son un menú" y deben cumplirse completamente.
Punto clave serán las elecciones en las regiones de Donetsk y Lugansk, que, señaló, entre otros requisitos deben respetar la legislación ucraniana y permitir el derecho a voto de los 1,5 millones de refugiados que han abandonado ese territorio por la guerra.
Antes de su encuentro en cancillería, Yatseniuk y Merkel inauguraron un foro económico bilateral en el que participaron alrededor de 600 empresarios interesados en la apertura de la exrepública soviética.
La canciller ratificó el apoyo de Berlín a Kiev para seguir adelante con el proceso de reformas, en el que se han dado "pasos importantes", y destacó la necesidad de luchar contra la corrupción en el país para garantizar la seguridad jurídica y la transparencia que necesitan las empresas para invertir en el país.
Yatseniuk se comprometió a ello y, entre otras medidas, apostó por una reforma radical del sistema judicial para apartar a los jueces corruptos.