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Medio siglo del «gran laboratorio de alimentación» de Almería

Cajamar ha celebrado este martes el 50 aniversario de su Estación Experimental de Las Palmerillas, en El Ejido (Almería), reivindicando el papel transformador de este centro como “gran laboratorio de alimentación”.

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Ejemplo pionero de sostenibilidad, innovación y desarrollo social vinculado al sector agroalimentario, fue creada en 1975.

La estación fue fruto de una decisión fundacional de la entidad financiera que destinó “casi los primeros beneficios que tuvo la casa” a levantar una finca experimental que sirviese como palanca para el despegue del modelo agrícola almeriense.

“Ahora todo parece muy lógico, todo parece lo más natural del mundo, que por qué no crear un centro que ayudase al desarrollo de la agricultura almeriense. Pero hace 51 o 52 años, las cosas no eran tan evidentes”, ha dicho el director de Sostenibilidad y Desarrollo Agroalimentario de Cajamar, Roberto García Torrente, en una rueda de prensa celebrada en las instalaciones del propio centro.

En aquella época, ha explicado, la agricultura en la provincia era mucho más diversa, con producciones de cítricos, frutales, hortalizas y almendros. Sin embargo, con el paso de los años, el cultivo bajo plástico fue ganando terreno hasta convertirse en la base del modelo productivo actual.

“Y parte de los materiales vegetales que había en aquella finca se trajeron aquí”, ha señalado, en alusión a las primeras ampliaciones de Las Palmerillas, que pasó de seis a catorce hectáreas en los años ochenta.

Gestión del agua

Uno de los hitos que ha marcado el desarrollo del centro y del propio campo almeriense ha sido la gestión del agua. “Estamos creando un desarrollo económico basado en el recurso más escaso que tenemos. ¿Qué pasa si nos quedamos sin agua? Este castillo que estamos construyendo se vendría abajo”, ha planteado García Torrente.

En respuesta a ese desafío se implantó el riego por goteo, “utilizando un 40 % del agua que se había utilizado” y logrando mantener o incluso aumentar la producción.

A lo largo de cinco décadas, la estación ha sido escenario de ensayos en múltiples ámbitos: desde las primeras estaciones meteorológicas de precisión al control biológico, desde los estudios de uso eficiente del agua con lisímetros a la incorporación de cultivos tropicales como aguacates, papayas o piñas.

En los años 70 ya traíamos plantas de aguacate. Las mandaban a nuestro nombre y no sabían qué hacer con ellas en el aeropuerto”, ha contado entre risas el responsable de Cajamar.

También ha destacado el papel que ha jugado el centro en la transferencia de conocimiento. “La estación siempre ha estado abierta y sigue estando abierta a todas las visitas que quieran hacer los agricultores”, ha apuntado, a la vez que ha señalado que el contacto directo con los productores ha sido constante desde los años 70, cuando se creó el Servicio Técnico Agrícola, con técnicos que visitaban fincas para asesorar en paralelo a la evaluación de riesgos financieros.

De cara al futuro, García Torrente ha apuntado a la necesidad de avanzar hacia una agricultura aún más sostenible y robotizada. “No tirar nada de lo que produzcas de ninguna manera es una de las líneas muy importantes”, ha dicho. Sobre la automatización, ha señalado: “Probablemente suponga un cambio de mentalidad importante. A lo mejor para robotizar los invernaderos tenemos que reinventar los invernaderos”.

“Estamos construyendo un nuevo edificio, un nuevo laboratorio que es una nueva salida hacia donde queremos tener una idea del futuro de la agricultura, del bien particular y de la agricultura a nivel global hasta la gran biofactoría en la que se produzcan una gran parte de los bienes que necesitamos”, ha incidido.

En un contexto político incierto, ha reivindicado una visión a largo plazo. “Todo lo que hemos hecho lo hemos hecho porque creíamos que debíamos hacerlo”, ha asegurado. “Llevamos décadas haciendo sostenibilidad sin llamarlo así”.

Asimismo, ha puesto en valor el papel del modelo agrícola almeriense como herramienta de integración. “No es un desarrollo económico, es un desarrollo social”, ha afirmado, destacando que “en pocos sitios de Europa hay una capacidad de integración como hay en Almería”.

“Creo que lo más valioso de lo que hemos hecho ha sido crear una cultura abierta a la innovación entre los agricultores, eso convierte a Almería en el gran laboratorio de alimentación del mundo”, ha sentenciado.

Crónica: Miguel Martín Alonso. EFEAGRO