Los núcleos familiares con una renta más elevada han reducido el consumo de verduras en un 4,4 por ciento. Las familias con una economía media han reducido la ingesta en un 5,8 por ciento, y las que presentan mayores dificultades económicas han mostrado un descenso más drástico, del 15,9 por ciento.
Respecto a la fruta la diferencia ha sido más acusada, ya que los que tienen una mayor capacidad económica han reducido el consumo un 2,6 por ciento, las familias con una capacidad económica media un 7,3 por ciento y aquellas con una baja capacidad económica un 16,3 por ciento.
Los datos de dicha encuesta hacen reflexionar, declara el director de Italia Ortofrutta, Vicente Falconi al diario digital Italiafruit News, ya que toda la cadena de distribución debería apoyar el valor de la producción hortofrutícola nacional.
Para evitar que el consumo de frutas y hortalizas se registre en función del nivel económico de cada familia, es necesario realizar acciones que permitan que estos productos estén al alcance de todos los estratos sociales.